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CONSTRUYENDO UNIDAD.

Proclama del Frente Izqueirda en su 55° Aniversario

El Frente Izquierda de Liberación, en estos 55 años de existencia se define por sus orígenes como constructor y se siente con orgullo hacedor de buena parte de la historia de la izquierda uruguaya unitaria.

La crisis económica que caracterizó la década del 60, la orientación neoliberal de los gobiernos de esa época y aplicación de las recetas del FMI, y la creciente represión a la lucha, tuvieron como respuesta del movimiento sindical una mayor coordinación, movilizaciones unificadas, y una mayor aproximación entre las tendencias sindicales, proceso de acumulación que apuntaba a su unificación. A nivel estudiantil, ya existía esa unidad expresada en la FEUU.

En el plano político, crecía el nivel de conciencia, en cuanto a la demanda de una alternativa popular, democrática y antiimperialista, que sólo sería viable a través de una expresión unitaria, síntesis de aquel proceso de acumulación de fuerzas.

El 15 de julio de 1962, de la conjunción de militantes con fuerte arraigo en las organizaciones sociales clasistas y populares, rurales y urbanas, partidos y movimientos de izquierda, agrupaciones y personalidades progresistas provenientes de los partidos de la burguesía, como primer respuesta a esa demanda popular y síntesis de esa “acumulación de fuerzas”, nace en el Uruguay un Frente que representa esa nueva estrategia revolucionaria y liberadora, para concretar la UNIDAD SIN EXCLUSIONES.

El Acta de Constitución del Frente Izquierda de Liberación- FIDEL, indica con claridad los objetivos. Decía: “… lograr la unidad política de todos los sectores populares…”; interpretamos “… la voluntad expresada por los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, profesionales, empleados, jubilados, profesores y maestros… y por la defensa de la Revolución cubana”.

Encabezaron esa nueva expresión política popular: su primer Presidente, Don Luis Pedro Bonavita; Dr. Adolfo Aguirre González; Gral. Arturo Baliñas. En ellos interpretamos el sentir de miles de frenteizquierdistas. La iniciativa del PCU, en su XVI Congreso desarrollada por su Secretario General Rodney Arismendi, abrió el camino para que el concepto de UNIDAD SIN EXCLUSIONES se hiciera clamor popular y luego una realidad política y social.

El proceso de unificación del movimiento popular, tuvo sus hitos en la unificación sindical, y en el Congreso del Pueblo – instancia en la cual tuvo un importante papel nuestro entonces vicepresidente Soares Neto –, de donde surge el “Programa de soluciones a la crisis”, como alternativa al programa neoliberal.

En 1966 se reafirma el llamado a la “Unidad sin exclusiones”, se avanza en el proceso de unificación, y crece el respaldo electoral, consolidándose nuestro Frente como la mayor expresión política de izquierda y única entonces con representación parlamentaria.

La lucha social y política y años de acumulación, da sus frutos en 1971, alcanzándose aquel anhelo fundacional “la unidad política de todos los sectores populares”. Con nuestro FIdeL en primera línea como impulsor y co-fundador, nace el Frente Amplio.

Ese año, una elección viciada de irregularidades y denuncias, no puede sin embargo ocultar la formidable votación que sorprendió al país entero, marcando el inicio de un camino sin retorno, dirigido hacia la victoria popular en las urnas.

En 1972 realizamos la IV Convención Nacional del FIDEL, donde se reiteran los conceptos de UNIDAD y definición política: “La definición socialista del Frente Izquierda, que inspira y orienta nuestro accionar presente”.

En línea con la orientación en el continente, con la complicidad de un gobierno subordinado a los intereses y mandatos del imperialismo norteamericano, en 1973, se produce el golpe de Estado, el cual recibe como respuesta contundente la heroica Huelga General liderada por la CNT, que aísla a la dictadura de todo apoyo popular.

Recordamos y rendimos homenaje a nuestros compañeros caídos bajo la represión fascista, manteniendo el reclamo por Justicia y contra la impunidad.

Esa resistencia y esa lucha, permitieron recuperar la Democracia en 1985.

Entonces, con nuestro lema proscripto, al igual que la histórica 1001, debimos ingeniarnos para marcar presencia en las elecciones de 1984.

En el nuevo escenario y recuperada la institucionalidad, El Frente Amplio retoma con entusiasmo el camino de la acumulación, el FIdeL hace lo propio junto al PCU, desde “Democracia Avanzada”; siempre en la búsqueda de ampliar este frente político popular y alternativo que generara expectativas al pueblo uruguayo y se convirtiera en real opción de gobierno.

En 1994, como resultado de avances en la política de alianzas, se alcanza una unidad más amplia expresada en el Encuentro Progresista, que fortaleció las perspectivas de crecer y también alcanzar el gobierno nacional. La fortaleza radicada en la doble condición de “coalición y movimiento”, característica singular del Frente Amplio y su enorme capacidad movilizadora, posibilitaron obtener el triunfo electoral por tres veces consecutivas.

La vocación frenteamplista de la militancia del FIDEL- Democracia Avanzada- 1001, como parte del sector Movimiento y junto a toda la militancia del Frente Amplio, fue nuestro aporte para el éxito de la izquierda.

Es necesario, recordar quienes lo vivimos y transmitirlo a las nuevas generaciones, lo que sucedió antes del 2005, antes que la mayoría del pueblo decidiera apoyar mayoritariamente el proyecto político del Frente Amplio.

Las crisis y las recetas aplicadas por los gobiernos de coalición blanqui-colorada – representantes de las clases dominantes – siempre recayeron sobre el Pueblo, con altísimo niveles de desempleo, pobreza e indigencia.

Esto contrasta con la gestión responsable del Frente Amplio, que impulsó lo mecanismos necesarios para prevenir tales situaciones.

Los resultados objetivos, las estadísticas, nos mantienen optimistas de que nuevamente la mayoría de los orientales defenderán los avances sociales, laborales, de salud, científicos, tecnológicos y en derechos humanos, ratificando la confianza en el único proyecto político que prioriza los intereses nacionales y populares.

Este optimismo sustentado en convicciones, en la historia y en los datos de la realidad política, debe necesariamente ir acompañado de la capacidad autocrítica que corresponde a los militantes de izquierda. Lejos de menospreciar los logros alcanzados, ser realista es dimensionar lo avanzado, en resultados económicos y sociales, pero también en cultura política y conciencia; ser realista es comprender que la mejora en la calidad de vida de centenares de miles de uruguayos, también implica nuevas necesidades a atender y satisfacer; ser realista es reconocer que el punto de partida era de una crisis profunda, y todavía quedan muchas y muy legítimas demandas que requieren soluciones; ser realista es nunca subestimar la capacidad de acción del enemigo, comprender su poderío económico y de incidencia en la opinión y percepción, usando los medios masivos de comunicación; ser realistas es también entender que no estamos aislados en el mundo, y que indudablemente, al igual que Brasil, Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El Salvador y todos los países donde se desarrollaron proyectos populares de izquierda y progresistas, somos un objetivo del bloque hegemónico de poder mundial.

En el plano nacional, nuestra opción estratégica es defender las conquistas, generar cultura política y conciencia, consolidar y profundizar los cambios.

En materia de equidad, hemos avanzado bastante: hemos conquistado nuestros derechos reproductivos, hemos logrado una presencia fuerte en la vida cultural, económica, social y política. Pero tenemos deudas, tenemos que lograr que nuestra población femenina tome conciencia de su fuerza, de su capacidad, de sus derechos para ir contribuyendo cada vez más y con mayor eficacia a continuar avanzando en los caminos sociales.

Si ha habido cambios en la calidad de vida de nuestras mujeres, es gracias a la lucha constante e incansable del feminismo, del feminismo que considera que la emancipación de la mujer debe ir acompañada por un cambio social profundo que modifique las relaciones que establece la sociedad capitalista. Es decir, una sociedad donde las mujeres tengan la misma legitimidad y las mismas posibilidades que los hombres, una sociedad de iguales.

Entendemos que esta lucha por desconstruir prácticas culturales patriarcales que nos han sido impuestas y que tantas veces reproducimos mujeres como varones, debe ser una lucha de ambos sexos, una tarea de concientización de desnaturalizar prácticas y de construir otras nuevas, más humanas, igualitarias y equitativas, sin ningún tipo de discriminación o explotación.

Los cambios deberán ser más profundos, tendrá que darse una cultura más inclusiva y respetuosa de la diversidad.

Es muy difícil avanzar en igualdad sin poner el punto de mira, tanto en el sistema patriarcal como en el sistema capitalista que lo mantiene, capitalismo que tiene en el feminicidio su señal de poder más cruel.

En el plano continental y regional, para construir hegemonía alternativa a la del imperialismo capitalista, se hace indispensable impulsar una política de alianzas que, a partir de los intereses y objetivos en común, sea capaz de hacer frente a la contraofensiva neoliberal, modificando a nuestro favor la correlación de fuerzas de la izquierda y el movimiento popular en América Latina y el Caribe.

Los pilares fundamentales son: la defensa de la paz, el respeto a la soberanía de los pueblos, la no injerencia, el derecho a la autodeterminación, y la promoción del diálogo para solución de diferendos.

La solidaridad y la integración, son claves en esta estrategia, con el fin de consolidar y mejorar los procesos revolucionarios y progresistas surgidos en las últimas décadas.

Reafirmamos lo que definimos como alianza estratégica constituida en el FIDEL fundacional, junto al Partido Comunista y otras organizaciones, así como compañeros independientes. Alianza continuada en Democracia Avanzada y ahora también con los compañeros de la 5005, en el Espacio Avanzar en Democracia, con el firme propósito de contribuir a la Unidad y fortalecimiento del Frente Amplio.

El Frente Izquierda de Liberación- 1001, en el Espacio “Avanzar en Democracia” luchará por continuar avanzando, para ir a más, para apoyar a nuestros gobiernos y volver a triunfar, buscando consolidar y profundizar los cambios, en favor de las grandes mayorías nacionales y populares, por la felicidad de nuestros pueblos, por la Liberación.

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